El teatro de Lota se construyó en 1948 y tiene una capacidad de 1400 espectadores. Fue un lugar de entretenimiento y esparcimiento cultural para los mineros y sus familias.
Los pabellones mineros, fueron en el pasado una solución práctica a los trabajadores que desde los campos llegaron en masa a la Lota pujante del siglo XIX y comienzos del XX, hoy se han transformado en uno de sus principales sellos. Y es por ello que cerca de una treintena de éstos fueron incluidos como lugares de conservación histórica en un catastro realizado por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo
Cuando el gobernador de Chile, Ángel de Peredo fundó Santa María de Guadalupe, a fines de 1662, describió maravillado al rey de España "Las grandes conveniencias" que el lugar a "los que lo han de habitar: puerto de mar seguro... el mar abundante en pescados; mucha madera, hierba y agua para la caballería..." No imaginó entonces que la naciente villa, conocida por los mapuches como Louta (pequeño lugarejo o caserío insignificante), tendría un destino muy diferente, porque no fue la abundancia de sus bosques ni la riqueza de sus mares lo que forjó su desarrollo, sino un tesoro oculto bajo la tierra: el Carbón.
Nuevamente la Locomotora de trocha angosta, pero esta vez, captada con toda la luz del día. Una verdadera reliquia ferroviaria en las calles de Lota. Esta máquina se ubica frente al Teatro de Lota.
Estos antiguos carritos eran los que utilizaban al interior de las minas de carbón para extraer el material. Ahora lucen como vestigios de una época que ya se fue.
ANTIGUO CARRO DE BOMBEROS: Una verdadera joya y reliquia es este antiguo carro de Bomberos. Muy bien conservado y expuesto a la gente en el Cuerpo de Bomberos de Lota.
Hoy es la última noche que pasearé por las calles de Lota. Mañana regresaré a Villarrica. La faena ya ha terminado y vengo a despedirme de estas calles que quiero mucho.